martes, 18 de octubre de 2011

ALFIN en Archivos 2: La información

  La lectura del punto del informe APEI sobre qué es la información me dio la impresión a priori que me iba a recordar lo que ya había estudiado sobre los canales de emisión y recepción de la información. Sin embargo me ha hecho reflexionar el momento en el que destaca que la información está en continuo cambio, se difunde muy rápidamente e incluso nos llega sin haberla solicitado.

  Rápidamente mi mente se ha situado en la información de Internet y ¿qué tienen que ver los Archivos con la información disponible en la Web? A priori nada (quitando por supuesto el proyecto "cloud"), si lo observamos desde el punto de vista administrativo tradicional, pero ¿debería contemplar entonces Internet como una fuente de información auxiliar para la empresa?. Creo que no del todo, porque ¿qué pasa con la presencia de las empresas en el contexto Web? Ya no solo se puede acceder a la información básica de sus productos, contactos, etc. sino que también hay una interacción con posibles clientes en las redes sociales (ni qué decir de las empresas virtuales). Además parece un camino sin retorno. Y todo ello genera documentos. 

  Por lo tanto, los nuevos modelos de negocio están generando nuevos modelos de archivos que integran los conceptos clásicos derivados de las funciones y competencias junto al control de herramientas que generan información/documentación y que son universales. Ahí está parte del cambio de conceptos: la documentación de archivo es la interna y externa válida para la empresa, tanto la producida por ellos como la generada por otros y que le afecte (no ya la "recibida en el ejercicio de sus funciones y competencias"). Si este planteamiento es cierto ya no vale saber utilizar y controlar los nuevos formatos como soportes de la información en la entidad sino se debe acceder al conocimiento, control y evaluación de la información útil para la empresa (gestión, toma de decisiones y memoria).

 Entonces ¿quién debe alfabetizarse informacionalmente? ¿el empresario, el archivero...? Eso es como preguntarse hace unas centurias ¿quién debe saber leer y escribir?